Por Martín Kozak, Country Manager de InterSystems
Cada año Chile produce cerca de 5,6 millones de toneladas de cobre, lo que corresponde a casi a un tercio del total en el mundo. La extracción de este mineral desde 1820 nos ha transformado en líderes globales de este commodity y nuestro país es reconocido por su expertise minero.
Sin embargo, si vemos el desarrollo de esta industria a lo largo de los años, sorprende que dada la complejidad de los procesos y sistemas asociados a ella, haya sido posible realizar esta actividad económica durante décadas de manera coordinada y teniendo como norte la maximización de los recursos y el tiempo con la ausencia de la tecnología que existe hoy.
La realidad es que ya no basta con que un país posea grandes yacimientos o reservas minerales para asegurar un lugar de privilegio en el mercado minero. En la actualidad, para ser competitivos a nivel global es necesario apuntar a la eficiencia, la productividad, la continuidad operacional y la reducción de costos.
Para ello, la introducción de nuevas tecnologías aplicadas al negocio, como Big Data, Business Intelligence y Cloud son esenciales, sobre todo si consideramos que en nuestro país la mayoría de las faenas se realizan en pleno desierto, a miles de metros de altura y con condiciones climatológicas difíciles.
En 2009, el Foro Económico Mundial vaticinó que la automatización de las operaciones y el análisis de variables de producción en tiempo real serían los principales drivers tecnológicos identificados por los propios stakeholders presentes en la minería hacia 2030. Hoy, a casi 10 años de ese pronóstico, aspectos claves como la eficiente administración de los recursos, la logística, la compra de insumos, la perfomance de los operarios, el estado de la maquinaria, la continuidad de las operaciones o incluso, la posibilidad de anticiparse a posibles fluctuaciones de los mercados de metales, son integrados, transformados en informaciones y analizados para tomar mejores decisiones.
Todo lo anterior hace necesario el desarrollo y la adopción de nuevas soluciones tecnológicas. Al hacer posible la gestión y análisis de grandes cantidades de datos, las herramientas de Big Data y Business Intelligence permiten un correcto y eficiente almacenamiento y análisis de enormes cantidades de información, siendo capaces de generar los cruces de datos necesarios en tiempo real y de entregar inteligencia para la coordinación de las operaciones, optimizar los flujos de procesos, automatizar el control de gestión y lograr un mayor índice de eficiencia operacional, lo que finalmente ayuda a reducir los costos.
Cuando hablamos de un sector productivo que tiene un peso en el PIB de Chile cercano al 9%, que genera más de US$ 18 mil millones y que emplea a aproximadamente 203 mil trabajadores, es clave proporcionar nuevas aplicaciones tecnológicas a nuestra industria minera para asegurar su competitividad. En este sentido, la Transformación Digital y el desarrollo de aplicaciones deben estar en la base de la visión estratégica de las autoridades, de las compañías y de las más de cuatro mil firmas que son proveedoras de este rubro en el país. Invertir en el uso de nuevas tecnologías y soluciones no es una característica de un país desarrollado, sino que es una condición para serlo.