Tanto Touchsmart como Arch, dos ex distribuidores de un total de tres, acusan a la multinacional tecnológica de actuar abusivo y ya la demandaron en arbitrajes y ante el Tribunal de la Libre Competencia. Por su parte, se declaró liquidación de Touchsmart a petición de la gigante surcoreana.
Arch y Touchsmart, dos de los tres ex distribuidores oficiales que representaron a Samsung Chile durante cinco años, se encuentran actualmente enfrentadas al gigante tecnológico acusando incumplimientos de contrato por parte de la multinacional y graves faltas al libre mercado. Los incumplimientos y abuso por parte de Samsung causaron millonarias deudas y es por ello que Arch y Touchsmart demandaron a Samsung tanto en una causa arbitral como en el Tribunal de Libre Competencia (TDLC), donde ambas, por separado, denunciaron el abuso de su ex proveedora.
En específico, se apunta a que Samsung impuso una serie de condiciones comerciales que terminaron por hacer inviable el negocio de los ex distribuidores, como fijaciones de precios de reventa por debajo de los márgenes comerciales previamente pactados, restricciones de ventas en términos de volumen y la utilización indiscriminada de notas de crédito como mecanismo compensatorio.
Pero, según los ex distribuidores, el trato de abusivo de Samsung ha ido más allá. Así, posterior a las demandas en su contra, Samsung interpuso una solicitud de liquidación forzosa para los dos ex distribuidores, reclamando deudas de facturas electrónicas y obligaciones impagas, a pesar de que dichas deudas se generaron por las políticas comerciales impuestas por Samsung y el incumplimientos de ésta de los respectivos contratos suscritas entre las partes. Recientemente fue declarada la liquidación forzosa de Touchsmart y desde esa ex distribuidora explicaron que “el hecho de que Samsung pida la quiebra a dos de sus tres de sus ex distribuidores es un ejemplo más del actuar abusivo de la multinacional, pues como principal acreedor pasa a tomar control de todas las decisiones, y hasta eventualmente de las judiciales iniciadas en su contra”.
La solicitud de liquidación forzosa en contra de Arch todavía está pendiente y desde la empresa chilena señalaron que “La pretensión de Samsung de tomar el control de sus exdistruibuidores confirma que su objetivo, una vez más, es manipular la situación de forma abusiva a su favor”, añadiendo que las deudas en la que se fundan las solicitudes de liquidación, en la práctica, “fueron el resultado de la forma abusiva en la que Samsung impuso el cumplimiento de los contratos de distribución. Arch no tiene ninguna otra deuda impaga que no esté vinculada con el incumplimiento de Samsung del contrato”.
Actualmente Samsung enfrenta dos demandas por abuso de posición dominante ante el TDLC, presentadas por Arch y Touchsmart, respectivamente. En el caso de la demanda de Touchsmart, ésta argumenta que la multinacional impuso un modelo de negocios mediante el cual fijó precios de reventa en el mercado de smartphones y, con eso, aumentó su participación en el mercado, a costa de erosionar los márgenes de ganancia de la ex distribuidora, generando la explotación abusiva de Touchsmart y la desaparición de un canal de distribuidor, afectando directamente a los consumidores.
Otros conflictos legales de Samsung
Este no es el primer conflicto que enfrenta en el mundo la multinacional tecnológica. De hecho, causaron polémica el año pasado en Rusia cuando el organismo oficial de fiscalización del mercado y competencia decretó que Samsung violó la ley antimonopolio de dicho país, al imponer ilegalmente los precios de reventa y las condiciones de venta a sus proveedores locales.
Otro caso que generó preocupación ocurrió en Washington, donde la empresa surcoreana fue condenada a pagar 29 millones de dólares luego de que un grupo de fabricantes de tubos de rayos catódicos los demandara por fijación de precios. Esta tecnología estuvo presente durante décadas en la fabricación de pantallas de TV y monitores de computadoras. Y en su país de origen, Samsung también ha enfrentado a la justicia: en enero de este año el heredero del conglomerado fue sentenciado a 2,5 años de cárcel por soborno y malversación de fondos.
