La idea de inteligencia artificial se puede trazar incluso hasta la antigua Grecia, con el mito de Pigmalión, que creó una estatua que cobró vida y la leyenda de Talos, un autómata de bronce que protegía la isla de Creta. Ya desde ese entonces, pensábamos en seres perfectos capaces de replicar lo mejor de nuestra especie. Hoy, gracias al desarrollo tecnológico, la IA empieza a tomar un rol cada vez más relevante en industrias claves como la minería o la agricultura.
En el caso de la minería, hay diversos puntos de la cadena de valor que se pueden ver beneficiadas de la inteligencia artificial. De hecho, según un informe de McKinsey, podría ayudar a ahorrar entre US$290 mil millones y US$390 mil millones al 2025 a través de mejoras operativas. Por ejemplo, se puede usar para identificar posibles sitios mineros o monitorear equipos; predecir cuándo la maquinaria necesita mantenimiento, además de analizar datos de sensores y otras fuentes para identificar cuellos de botella, reducir el desperdicio y mejorar la eficiencia.
Por su parte, en la agricultura las potencialidades de Ia IA se traducen en: eficiencia del monitoreo de cultivos y enfermedades que no son visibles para el ojo humano. Esto permite tomar medidas en etapas tempranas evitando pérdida de cultivos o reduciendo el impacto de brotes de enfermedades. A través del análisis predictivo, se puede analizar data meteorológica, desempeño de suelo, entre otros, para prever el rendimiento de cultivos futuros. De hecho, según la publicación Plos One, sólo en el caso del trigo se ha logrado predecir su rendimiento en 86,2%, permitiendo tomar decisiones de negocio de manera más eficiente.
Sin duda, en un mundo que cada vez se vuelca más a la digitalización, las posibilidades de la Inteligencia Artificial son infinitas y, a diferencia de lo que muchos pueden pensar, su expansión no significa la obsoletización de las personas, sino la creación de entornos más seguros, así como el impulso de nuevos productos y servicios flexibles, autónomos y dinámicos, que se adapten a las diferentes necesidades de usuarios, organizaciones e industrias como ocurre con la ciberseguridad.
Es precisamente ese sector que encontró en la IA una verdadera aliada para su despliegue. Desde los antivirus hasta las herramientas más sofisticadas la utilizan para adelantarse a los ataques de los delincuentes cibernéticos. Del mismo modo, también para robustecer la seguridad y proteger los datos de las organizaciones. Para tener una idea, según Deloitte el 69% de los profesionales del sector cree que la IA y el machine learning son esenciales para implementar estrategias de seguridad digital.
Si bien aún quedan muchos desafíos por superar, el desarrollo de la IA tiene el potencial de revolucionar las industrias y transformar la forma en que vivimos y trabajamos.
Por Francisco Guzmán, director de Claro empresas