La digitalización se ha convertido en un motor clave para el desarrollo de las economías en todo el mundo, y Chile no es la excepción. Las empresas de telecomunicaciones desempeñan un papel fundamental en este proceso, ya que proporcionan herramientas necesarias para que la población tenga acceso a la conectividad y pueda aprovechar al máximo los beneficios de la tecnología.
En este contexto, la visión de la política pública y la inversión privada han sido clave para que Chile se encuentre en una posición privilegiada en la región en términos de penetración de internet y conectividad. Sin embargo, a pesar de los avances logrados en los últimos años, todavía existen desafíos importantes que deben abordarse para reducir la brecha digital y garantizar que todas las personas tengan acceso a las mismas oportunidades y beneficios que ofrece la era 4.0.
Con el fin de enfrentar estos desafíos, tanto Claro como VTR han invertido sistemáticamente en infraestructura y servicios trabajando en alianza con las autoridades. Cristián Salgado, VP de regulación de ClaroVTR, señala: “La colaboración entre el sector público y privado es fundamental para garantizar la inversión en infraestructura y prestaciones que optimizan la conectividad en el país. Además, la contribución efectiva entre ambos sectores puede llevar a una mayor innovación, inversión y mejoras en la conectividad que va en directo beneficio de todos los ciudadanos”.
Al respecto, el BID ha destacado la importancia de promover la inversión en infraestructuras y tecnologías que permitan llegar a todas las personas en el territorio nacional. Además, se destaca que la colaboración entre el mundo público y privado es esencial para impulsar iniciativas que permitan reducir la brecha digital en el país.
El rol de una industria dinámica
Los analistas coinciden en que para reducir la brecha digital se requiere un trabajo coordinado y sistemático en un entorno en que se fomente una mayor inversión en infraestructura y tecnologías, que permitan llegar a todas las personas en todo el territorio nacional. Y es, precisamente, en ese punto donde entra en juego la competencia en el ecosistema. La OCDE destaca que una competencia efectiva en este segmento es vital para impulsar la innovación y la inversión en despliegue y servicios, lo que permitirá ofrecer opciones de mayor calidad y a mejores precios para los usuarios. En otras palabras, contar con una alta competencia es fundamental para impulsar el desarrollo de la conectividad y reducir la brecha digital en Chile.
“Contar con una alta competencia es fundamental para impulsar el desarrollo de la conectividad y reducir la brecha digital en Chile. Mientras más dinámica sea ésta, hay un mayor impulso a la innovación y el desarrollo de servicios, lo que a su vez permite ofrecer soluciones de mayor calidad y a precios más asequibles”, señala Salgado.
El ejecutivo añade que “es necesario garantizar que todos los competidores en telecomunicaciones tengan igualdad de condiciones para competir. Evitar la concentración del mercado tiene un impacto positivo en la economía del país. En la medida que las telecomunicaciones sean competitivas, se promueve el crecimiento de la economía digital y una mayor creación de empleo en el sector”.
Esta competencia también fomenta una mayor inversión en infraestructura y tecnología, lo que puede mejorar la cobertura y la velocidad de internet, lo que a su vez puede beneficiar a los consumidores y a la sociedad en general. Por ejemplo, en 5G, la competencia es especialmente crítica debido a que se trata de una tecnología de vanguardia que permitirá una mayor velocidad y capacidad de transmisión de datos, lo que a su vez habilitará el desarrollo de nuevas aplicaciones y servicios. Al tener al menos cuatro actores, se fomenta la competencia entre ellos, lo que puede llevar a una mayor inversión y mejoras en el servicio de 5G.
Pero, ¿por qué contar con más actores en este rubro puede ir en beneficio directo de la gente? Un estudio desarrollado por Eli Noam, experto en economía de las telecomunicaciones y publicado por Harvard, examina los efectos de la competencia en este segmento en el bienestar del consumidor, la inversión y la innovación.
El estudio de Noam examina el caso de la telefonía móvil, que ha llevado a una rápida evolución de la tecnología de los smartphones y una mayor oferta de servicios y aplicaciones y entre sus conclusiones destaca que “la competencia en el mercado de las telecomunicaciones puede mejorar significativamente el bienestar del consumidor a través de una mayor innovación, reducciones en los precios y mejoras en la calidad del servicio”. En palabras sencillas, al tener más opciones, los consumidores tienen la posibilidad de elegir entre diferentes proveedores de servicios, lo que puede llevar a una mayor calidad de servicio.
En resumen, la competencia en el mercado de las telecomunicaciones es clave para impulsar la conectividad en Chile y reducir la brecha digital. A través de una mayor inversión en infraestructuras, tecnologías, y una mayor colaboración entre el sector público y privado, es posible garantizar que los beneficios de la era digital lleguen a todas las personas en todo el territorio nacional. Y, como nos enseña el estudio de Eli Noam, la competencia en el mercado de las telecomunicaciones puede mejorar significativamente el bienestar del consumidor a través de una mayor innovación, reducciones en los precios y mejoras en la calidad del servicio.